Parece ser, que los italianos hacen responsable al gobierno de cualquier cosa, hasta de que llueva, con la célebre frase, “Piove. Porco governo“. Pero quizás, este Viernes de Dolores, también llamado de Pasión, no llueva, quizás los cielos se oscurezcan, como las esperanzas de un año próspero, como el incierto porvenir de ilusiones juveniles, cuando se enfrentan al fragor de la vida. Quizás las espinas clavadas en el alma de una madre, presintiendo la tragedia, se convierta en un Viernes de máscaras, hechas para gobernantes incultos, que limitan el mundo a sus pequeñas y ambiciosas mezquindades, al tiempo que ocultan sus largas lenguas, con las que hablan mucho y mienten más, ocultando la sinrazón de sus actos
La falta de coherencia sobrevuela el Parlamento, como vencejos desnortados que no buscan salida alguna, limitándose a dar giros inusitados, aplaudiendo los desatinos de los parlamentarios de sus grupos; consistiendo tanta gloria, en el insulto, o en el gesto desabrido, hacia los contrarios, en lugar de aplaudir a quien ofreciera mejores beneficios para la comunidad.
Ese Sánchez, mentiroso, egocéntrico, capaz de gobernar con la representación de la maldad, con los que nunca se han arrepentido de haber querido imponer sus ideas, con la muerte de mil vascos inocentes, o con los delincuentes catalanes, capaces de pavonearse, por haber cometido el delito más grave que tipifica el código penal.
Ese vicepresidente, comunista, tratando de aparentar que quiere gobernar para los pobres, a costa de los ricos, pero, ocultando, ladinamente, que él y su querida esposa y ministra, son ricos, o al menos, viven como tales. Hablan de la defensa de los trabajadores, cuando la mayor parte de sus parlamentarios, no han trabajado nunca. Hablaban de la “casta”, hasta que encontraron entradas de primera fila, para poder disfrutar del grotesco espectáculo que denostaban; hipócritas de actos y de pensamiento, defensores de los Maduro y los Castro, militando en los ideales de los mayores asesinos de la historia, con más de cien millones de muertos, por discrepancias en las ideas, y, hablando, continuamente con desprecio, de Franco, que fue un aprendiz de dictador, si se le compara con esta gentuza, y, que al contrario que sus admirados gobernantes, dejó una nación unida y en marcha.
Esa ministra de Justicia, ahora Fiscal General del Reino, y, como tal, Notario, dando fe pública de los actos nacionales, cuando la hemos oído hablar como un putón verbenero, de los puticlub, como confesionarios de los delitos sexuales, cuyo pecados podían servir de amenaza cuando llegaran las disputas por el poder.
Este es nuestro Viernes de Dolores, y, aunque, creo, que los españoles no le echamos las culpa de todo al Gobierno, lamentablemente lo que tenemos sí es un Porco Governo. Anche se non piove