El día se ha vuelto oscuro y tristón
La niebla oculta las montañas
La lluvia golpea las ventanas
Que expectantes vigilan Alaró
Al amparo de la  Tramontana
Acunada en su eterno mirador
Al fondo se  ve  San Salvador
Y al costado el susurro de las playas.
Húmedo el tiempo tembloroso escapa
Idealizando sueños  sin ningún valor
Que acaban siempre  enmudeciendo el alma.
Y allá en el horizonte, cuando la lluvia escampa,
Se renueva el trepidar del corazón

Y la tarde muere,…  queda la esperanza.
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