
Caminaba entre nubes endiosado
Sin conocer más vida que su mundo
El presente, y el futuro, siempre suyo.
De su propio cuerpo enamorado
Sin conocer más vida que su mundo
El presente, y el futuro, siempre suyo.
De su propio cuerpo enamorado
Era un dios de los griegos, solapado,
En el olimpo de eternos inmaduros
Falaz expresión de un hombre duro
Presumiendo de estar siempre adorado
Era la altivez, la arrogancia de altos humos
Como un globo continuamente hinchado
Un pavo real, con ínfulas de astuto.
Despreciaba el porvenir esperanzado
Pues la vida era él, lleno de orgullo.
Pero siempre estuvo solo, abandonado.