Nació el verano e inundó mi mundo
Se reflejó el cielo azul en mi piscina
Rayos de sol y rosales con su espina
Cierran mis ojos, y en la oscuridad presumo
Que podrán cegarse con la claridad del día
Rompe el sol la niebla matutina
Recibe al alba, alumbra las montañas,
Colorea cuerpos blancos en las playas
Iniciando suavemente su rutina
Y aportando el calor de la mañana
Llega a su cenit, en su dura andanada
Rompe las pieles, festeja la armonía
Mantiene la esperanza siempre viva
De una juventud que cuando ama
Vive de ilusión, crea la vida.
Y acaba durmiendo con rojez altiva
Cuando la luna nace en lontananza
Las aguas llegan completamente en calma
Sucios los cuerpos de arena y de desidia
Sacian deseos que sin amor emanan