Hace tiempo, cuando el ínclito Sánchez formó el primer gobierno de su mandato, escribí un artículo refriéndome a la “aurea mediocritas”, frase con la que Horacio se refirió a la dorada medianía. Mis esperanzas – en las que, por cierto, no tenia mucha fe              – no se cumplieron, y formó gobierno con lo mejor de cada casa. Rebuscó en los vertederos de la política, para encontrar  socios que le ayudaran a  dirigir la nación que detestaban.

Se asoció con comunistas, cuya finalidad es igualar al pueblo en la miseria, para que, en lugar de procurarles trabajo, dependan de la caridad del gobierno, en forma de  subsidio,  y ellos, poder vivir en la opulencia; 

Con delincuentes, disfrazados de demócratas catalanes.

Con defensores de etarras, aquellos que, para alcanzar el poder, no dudaron en  mancharse las manos con la sangre de sus vecinos.

Con levantiscos  vascos, solo apaciguados  con el dulce sonido de las prebendas, 

          Y, todos ellos, al socaire de un partido socialista, cuyos miembros callan, porque están más interesados en obtener  un dorado  porvenir, que obtener beneficios para el  pueblo, al que prometieron, a boca llena, bienestar y paz.   

          Hoy, hay nuevo gobierno, que nos aporta más de lo mismo. El presidente está llenando su curriculum con la falsedad  que lo acompaña en su trayectoria, y  sus ministros, ministras, ministres, lo acompañan en tan indigno camino, revistiéndose con  poderes propios de una dictadura, al atacar  a instituciones que están obligados a respetar y proteger. 

        El presidente atacó a nuestro más alto Tribunal, cuando dijo, refiriéndose a la sentencia que condenó a los independentistas, que la Constitución no podía servir de base para la venganza y su indulto, o reparación, derogaba, de hecho, el Código Penal.  

Y, si considera que la sentencia del  Tribunal Supremo fue  venganza y, el indulto, una reparación por la cárcel sufrida,  infringe el  Art. l4, de dicho texto legal, que consagra el principio de igualdad de todos los españoles, por lo que, con el mismo argumento, hay que indultar  a todos los violadores, asesinos, estafadores, etc. etc. y ponerlos, inmediatamente, en libertad, porque, ninguno de ellos, ha cometido delito más grave que el que cometieron tales independentistas. (Art. 472,5º del C.P) 

            Por otro lado, conocida la sentencia que declara inconstitucional la  alarma decretada por el Gobierno, la nueva ministra de justicia, a  los pocos minutos de tomar posesión  del cargo, la contradice, sin la debida explicación jurídica, como corresponde al Ministerio de Justicia, y a su oficio de juez, – perdón jueza, o quizás, ¡¡juece!!  – sino con el extraño argumento, de que el Gobierno salvó 450.0000 vidas, como, si tal Gobierno, fuera un  hacedor de  milagros, al proclamarse  glorioso salvador  de vidas en peligro. 

            Y la Vicepresidenta, cesada, con su piquito de oro, argumentando que dicha sentencia era un error político,  atacando la necesaria separación de poderes, aceptando la teoría del malhadado comunista Iglesias, “el coleta”, que defendía la dependencia de la justicia del poder político, volviendo a matar a Montesquieu, como, en su momento, lo hicieran el, hoy, respetado Felipe, y su   vicepresidente Guerra, cuando, cambiando la Constitución, que, en el apartado 3 del Art. 122,  otorga   la facultad de elegir a los jueces, por lo jueces,   para poder ser elegidos por  los políticos, seguramente para poder influir, a su favor, en la Sala 2ª del Tribunal Supremo, encargada de juzgarlos, si llegaba  el caso. Quizás poniéndose la venda antes de la herida

Colabora. 

El importe  de las ventas 

se dedica a beneficencia

Ir arriba