Caminaba la sombra cuando amanecía el día
Desprendida del mundo que arropaba
Silencio misterioso al despuntar el alba
Eterna noche que siempre pretendía.
Horadaba el espacio enardecida
Independiente del cuerpo que emanaba
Obscura y nítida al viento proclamaba
La importancia que al mismo le imponía.
La sombra a la luz del sol se contemplaba
Como parte azarosa de la vida
Moviéndose grotesca y moldeada
Por el cuerpo al que solo acompañaba
Pero la sombra nunca estuvo viva
Era un simple reflejo en la alborada.