Busco en mi alma lo que oí un día,
Hablaban de otro mundo venidero,
De una esperanza, de un tiempo lisonjero,
De una verdad que, al hablar, se suponía.
Busco esa verdad, con absorbente celo
Ese mundo, con mi mente en armonía
Busco ese dios que siempre prometía
Que encontraría la paz, con mi ulterior deseo.
Y no sé si en ese caminar, encontraré primero,
El alba, con el sol, al clarear el día,
O seguiré la luz que fije un astro nuevo
Pero en la noche de no retorno, hacia el etéreo
Cuando la muerte actúe como harpía
Seré la nada en el misterio eterno.