No hablo de las que volaban
En el pasar de los siglos
Que en nuestras mentes de niños
Eran igual que las hadas
La alfombra que el suelo arrastra
Forjada de bellos hilos
Es como un campo infinito
De luz en la madrugada
Belleza de altura rasa
Pisada sin dar un grito
Es un tapiz que engalana
Al mundo, al nacer el alba,
Aquellos tiempos que han sido.
Y los eternos mañana