Publicado el 2 de Septiembre de 2016.- No hubo suerte, acerté. 

            Creo que fue Pablo Neruda quién dijo, “puedo escribir los versos más tristes de la noche”.  Esta noche no se escribirá poema alguno, esta noche será el final de una etapa, aceptablemente normal. Lo que pienso que será triste es el futuro. Esta noche el partido socialista, un vez más, se opondrá a la candidatura de Rajoy. Y a partir de mañana, el tal Sánchez, organizará el asalto al poder, al estilo de la izquierda española. Primero y sobre todo el poder. La República se proclamó, como es sabido, contra la decisión de las urnas, pues no lograron la mayoría, a pesar del pucherazo que debieron dar. Me contaba mi padre, que, en las elecciones de Febrero del 31, recién llegado a Asturias,  como leía el ABC, le preguntaron, en plan amenazante, a quién votaba; a la izquierda, mintió, y, como no se fiaban lo llevaron   escoltado hasta una mesa. El Presidente, les dijo que no estaba registrado, “es igual vota a los nuestros”   y así lo hizo. ¿Cuántos votos se lograron así?. Naturalmente se proclamó la República ocupando el gobierno las izquierdas. De los 26 Gobiernos que tuvo, uno solo fue con intervención de la CEDA –derechas – momento en que con motivo de entrar ministros de este partido, se produjo la Revolución de Asturias del 34, llamada así porque, como son de izquierdas, suena más suave, pero, realmente, fue una verdadera guerra civil; se levantaron en armas y tuvo que intervenir el ejercito. Zapatero, pienso, que  subió al poder, mediante otro golpe de estado, con doscientas victimas  en aquel malhadado tren, reventado dos días antes de las elecciones.  Yo seguí, día a día, toda la investigación y fue una tomadura de pelo por parte de la cúpula de la policía, desde el primer momento, y, al final, del Magistrado Ponente, que se vio recompensado con una medalla, que, al parecer, supone un aumento  del sueldo del 10%.   No sé si fue premeditado  o aprovecharon un golpe de ETA, pero lo cierto es que Zapatero, a los pocos días de ser Presidente, se lo agradeció, derogando la Ley de Partidos, cuya finalidad era la lucha contra el terrorismo, esencialmente, la lucha contra ETA, y, cuando se fue, los dejó instalados en las instituciones. Y logrado el poder,   después de ellos, el diluvio. Felipe dejó la economía, sin que pudiéramos entrar en Europa. Fue  Aznar, con mano de hierro, quién en dos años la levantó y pudimos entrar en el euro. Zapatero, no digamos, dejó las arcas vacías, sin pagar a los proveedores, etc, etc. y Rajoy ha tenido que volver a obligar a los españoles a sufrir las consecuencias de aquel derroche. Os preguntaréis porqué os cuento todo esto. Porque, pienso, que Sánchez, pese a todo, llegará al poder por cualquier camino, por perjudicial que sea para España.   Este sujeto nos demostró en TV, en su debate con Rajoy, que es capaz de cualquier grosería si piensa que eso le ayuda a ser Presidente. En el control del Gobierno, que se hacía en el Parlamento, creo que todos los miércoles, la pregunta tenía poca importancia, se levantaba, decía lo malo que era el PP, y agredía verbalmente a Rajoy, con mal estilo. Teniendo este afán de poder, su “no” tiene que tener una finalidad.  ¿Qué tiene preparado al final de ese no, sin, aparente,  alternativa?. Algo busca, o algo tiene pensado. Las elecciones anteriores, no pudo ser Presidente porque su estúpido acuerdo con Ciudadanos se lo impedía, y pudo pensar, que, en otras elecciones, podría ganar. Pero ahora, agotadas sus posibilidades  políticas, porque ha visto que ha perdido más de un millón de votos, no irá a unas terceras elecciones, de las que saldría cornudo y apaleado, por lo que  sólo tiene un camino, unirse a Podemos, aceptar el referéndum de los independentistas, que no cumplirá, o sí, y podemos ser otra Grecia, sacando 40 euros al día de los cajeros; y, gracias, porque también podemos derivar en una Cuba o Venezuela. ¡Ojala me equivoque!   

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