He visto en mi jardín creciendo
-aliento de primavera-
nubes blancas, nubes negras
inundando el firmamento
He sentido en mi jardín, viviendo,
pétalos de rosa que veneran
la luz solar con que blanquea
la oscura maldad del pensamiento
He vivido en el alma crueles guerras
Niños como ángeles muriendo
por caminos que al mundo desespera
He corrido los desiertos del destino
Y ciudades con inútiles quimeras.
En un mundo, quizás roto, pero herido