Veía el horizonte en lontananza
Cuando el sol en su momento renacía
Las estrellas, temblando, se escondían
En la luna y su eterna encrucijada.
Veía al mar con sus aguas siempre en calma
Rompiendo el horizonte de la vida
Ese dato que nunca se adivina
Y que tanto nos inquieta y nos alarma
Veía, anocheciendo, en tu mirada
El horizonte que mi alma pretendía
Si me encontrara con tu amor llegado el alba
Pero nunca existió nuestra mañana
Y tu sonrisa me mostró en su lejanía
El remoto horizonte a mi esperanza.