Te llevo siempre, sin  calma,
Presente en mi pensamiento
En él envuelvo mi alma,
Deseosa de tu cuerpo,
Evocando aquellas noches
Que hablamos de amor eterno
Amaneció mi ilusión
Nada hay en Ti, amaneciendo,
El recuerdo de tu amor
Es un   susurro en el viento.
Que azota y lacera mi  alma
En oscuro firmamento
Eres niebla en mi existencia
Bronco grito, en mi silencio,
Fantasía de mis noches,
Enredada en tus recuerdos.
Rayo, en mi interior tormenta,
Con nubes de terciopelo,
Como tu engañoso amor,
Que, disfrazado  en tu cuerpo,
Recibí con devoción
Sin conocer su misterio
¡Qué triste tu desamor!
¡Qué duro mi desconsuelo!.

<< Índice de Poemas >>

Ir arriba