Pensando, al caer el día,
  El alma se me estremece
  Oyendo doblar a muerte
  Las campanas de la ermita
  Está muriendo Castilla
  Entre los rezos solemnes
  De viejos frailes castrenses
  De brujas y de adivinas
  Están ahogadas sus mentes
  En sus grandezas antiguas
  En sus blasones inertes
  Y los viejos feligreses
  Lloran al ver su Castilla
  Sin nuevos amaneceres