Ocaso I

 

AL ANOCHECER

 

Al anochecer, mi alma camina hacia el espacio

Donde habita la esperanza.

Donde las estrellas se mezclan con los luceros

En un equlibrio de amor eterno.

 

Al anochecer, la luna preside un firmamento

De ojos rutilantes, que,  iluminando el gran arco,

Revisa el motor que mueve el mundo.

 

Al anochecer, el silencio empantana los terruños

Que conforman los campos de Castilla

Esperando su nuevo amanecer

 

Al anochecer, la oscuridad se instala

en el alma de  seres proscritos

Reabriendo sus dolorosas llagas

 

Al anochecer, el canto de las aves se dulcifica

buscando su nido inacabado,

donde picos abiertos, esperan un destino incierto

en la larga noche que presienten.

 

Al anochecer, los amores surgen espontáneos.

como preludio de   otros apetitos,

que transforman confusas ilusiones

en extraños y truncados desencuentros.

 

Al anochecer, cuando el declive del sol es inminente,

Extrañas sombras, en negros lupanares,

Liberan violentas y eternas pasiones.

 

Al anochecer, los espíritus caminan

al encuentro de hadas misteriosas

que pronto recrearán nuevas quimeras.

en el inmenso mar de las fantasías

en las que, siempre, se mueven mis sueños.

 

 

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