¡Solo Seis días, Dios mío!
En menos de una semana
Cuando te dan la noticia
De un que amigo se marcha
Tu mundo se paraliza
Empezando por el alma.
Todo se vuelven recuerdos
Recuerdos sin esperanza
Porque la muerte sepulta
El pasado y el mañana
Andas, de nuevo, el camino
Que comenzó con el alba
De nuestra vida de amigos
Soñando estrellas de plata
Recuerdas conversaciones
Que nunca fueron cambiadas
Y la expresión de su rostro
Ya no podrás recordarla
Porque la memoria muere
Sin saber si vive el alma
Cuando termina su vida
Parte de la tuya escapa
Y su recuerdo lo sientes
Con dolorida nostalgia
Se le apagó la sonrisa
Empalideció su cara
Y se cerraron sus ojos
Con una triste mirada
Quedamos en el misterio
Del camino de su alma
Pues aquí solo nos queda
Lo triste de su mortaja.
Está escrito que algún día
En soledad y con calma
Hablaremos, como siempre,
Antes de que se marchara.
¡Solo seis días, dios mío!
Sin nadie que lo anunciara.